Buenos Aires no es la única ciudad latinoamericana que se lleva los beneficios turísticos que acarrea el Papa Francisco. La brasilera Río de Janeiro será la primera metrópolis del continente en recibir la visita del Sumo Pontífice en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que organiza la Iglesia Católica. Al evento asistirán dos millones de personas, entre las que habrá 42.500 argentinos.
Los jóvenes locales saldrán esta semana para el vecino país desde distintos puntos del país. Muchos irán con congregaciones, escuelas religiosas o iglesias. Algunos lo harán en avión y otros como aquellos que saldrán desde Ushuaia, con más de 70 horas de viaje en ómnibus.