El escocés Keith Patrick O’Brien había sido impedido de participar en el cónclave tras haber reconocido que tuvo "comportamientos inapropiados" con otros religiosos. Ahora Bergoglio decidió que deje su país por "muchos meses".
Con un gesto de limpieza destinado según los analistas a ser el primero de muchos, el Papa Francisco envió al exilio al cardenal de Escocia Keith Patrick O’Brien, el arzobispo emérito de Saint Andrews y Edimburgo que no participó del cónclave luego de haber reconocido que tuvo "comportamientos inapropiados" con otros religiosos. En un comunicado, la Santa Sede informó que el prelado, respetando un pedido personal del Sumo Pontífice, dejará su país por "muchos meses" para "una renovación espiritual, de oración y penitencia". Aún incierto, el destino definitivo del sacerdote será decidido también por Jorge Mario Bergoglio, luego del retiro del cuestionado cura de 75 años de su tierra natal por tiempo indeterminado.
El caso del arzobispo escocés salió a luz a pocos días antes del inicio del cónclave en el que se eligió al ex arzobispo de Buenos Aires como nuevo líder de la Iglesia Católica. O’Brien dimitió al arzobispado el 18 de febrero de este año por haber alcanzado el límite de edad –aunque le faltaban 27 días para cumplir 75 años– e, informado de las denuncias contra el escocés, Joseph Ratzinger "gestionó" su renuncia a participar en la elección para escoger a su sucesor.
O’Brien fue acusado de abuso sexual por tres sacerdotes y un ex sacerdote de su diócesis por hechos que se remontan a 1980. Las acusaciones contra el cardenal habían sido presentadas en la oficina del embajador del Vaticano en Gran Bretaña, Antonio Mennini, a inicios de febrero: una semana antes de que el Papa Emérito anunciara al mundo su intención de renunciar al pontificado.
Por ese entonces, el diario dominical inglés The Observer fue el encargado de hacer explotar la noticia al publicar un mail de Mennini en el que el representante de la Santa Sede apreciaba el coraje de los acusadores.
Una de las cuatro víctimas –de las que no se sabe la identidad– reconoció haber dejado el sacerdocio porque no podía dormir con la idea de tener que seguir por el resto de sus días bajo las órdenes del cardenal O’Brien. Según The Observer, el hombre acusó al arzobispo de haberle hecho avances "inapropiados" cuando tenía 18 años y era un seminarista en su diócesis. En ese momento, el escocés era un sacerdote sin cargos y estaba encargado de la "guía espiritual" de su alumno. La víctima, que ahora está casada, aseguró haber dejado el camino de la religión por temor a ver violada su "integridad personal".
Otros de los acusadores dio cuenta de una situación "incómoda" con el cura luego de la visita a una parroquia, al igual que otra de las víctimas que dijo haber sido invitado a "conocerse mejor" y haber tenido que enfrentar "atenciones no deseadas" hechas por el cardenal en una residencia en Edimburgo. La cuarta persona dijo haberse topado con el acoso del prelado cuando estaba iniciando su experiencia en el sacerdocio y le había pedido consejos sobre "problemas personales".
Después de 30 años de ocultamiento, la nunciatura apostólica de Londres confirmó la veracidad de las denuncias y O’Brien pidió perdón a quienes "fueron ofendidos" por sus comportamientos. «
el banco vaticano publicará informes
El Instituto para las Obras de Religión (IOR), el Banco del Vaticano, abrirá un sitio web en el que publicará, entre otras cosas, sus informes anuales. El anuncio fue realizado ayer por el presidente del IOR, Ernst von Freyberg, durante un encuentro con el personal de la entidad. Además, el IOR utilizará la asesoría de una nueva sociedad internacional de certificación para verificar el pleno respeto de las normas internacionales para la lucha contra el blanqueo de dinero.
Las medidas anunciadas por las autoridades del banco vaticano están vinculadas a los constantes escándalos en los que se vio implicada la entidad y a su intención de generar transparencia hacia afuera.
A principios de la década de los '80, el IOR fue acusado de originar la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, quien fuera encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982. En ese entonces, el Vaticano negó cualquier tipo de responsabilidad en el caso, pero admitió su “implicación moral” y pagó 241 millones de dólares a los acreedores de la entidad.