El Programa de Promoción de la Industria Textil (Prointex) de Chaco nació para recuperar el sector, a través de la asistencia a diseñadores y empresas que dos años después ven cómo sus colecciones llegaron al barrio de Palermo Hollywood de la mano de la marca Chacú.
Si bien, Chacú se define como una marca de indumentaria y accesorios que expresa la identidad de Chaco, es en realidad bastante más que eso, ya que a través de ella la provincia le brinda a sus diseñadores la posibilidad de mostrar sus productos y contribuye así al progreso de la industria textil.
Es por eso que detrás de la etiqueta Chacú no sólo hay diseñadores y creadores sino también asistencia técnica, financiera y la capacitación necesaria para que la industria textil local complete el proceso desde que algodón es recolectado hasta que se convierte en una prenda y llega al punto de venta.
“Uno de los objetivos de este programa no sólo es asistir a los diseñadores sino también a las empresas textiles de la provincia, muchas de las cuales desaparecieron o se vieron perjudicadas por las importaciones de los años ‘90”, explicó Nicolasa Jacob, coordinadora de Prointex, a Télam.
La colección primavera-verano 2013 de Chacú fue materializada por 23 diseñadores chaqueños, entre ellos también artesanos que gracias a la asistencia que recibieron pudieron concretar su sueño de comercializar sus productos, primero en el local que la marca tiene en Resistencia y ahora en Palermo.
El desembarco de la marca hace dos meses en territorio palermitano acerca al porteño a una “propuesta diferente”, sostiene Jacob, aunque no deja de ser cosmopolita e innovadora.
En el espacioso local de la calle Honduras, cuyo costo se sostiene con un fondo fiduciario del Ministerio de Economía provincial, conviven prendas confeccionadas en el más noble algodón; gabardinas de calidad; carteras, cinturones y sandalias de cuero, que desprenden olor a cuero; collares y hasta artesanías autóctonas pero con una “vuelta de tuerca”: todo 100% chaqueño.
Camisas, sacos asimétricos con botones de asta; babuchas; túnicas; vestidos etéreos; monos combinados con tejidos artesanales; pantalones palazzos; shorts; remeras; minis y maxivestidos; y carteras coloridas son algunas de las propuestas de los 23 creadores, que en su mayoría no llegan a los 30 años.
“Este programa comprende un proceso de aprendizaje. Sin dudas hay muchas cosas para ir mejorando pero es notable el progreso en cada colección”, señala la coordinadora.
Como parte de ese proceso los diseñadores reciben las telas y todo tipo de asistencia y una vez terminada la colección, es adquirida por Prointex y destinada al local de Resistencia y ahora al de Buenos Aires.
Eso sí, aclara Jacob, aquellos diseñadores o artesanos que quieran ser parte de Chacú tendrán que aprobar primero tres cursos: Costos; Calidad de prendas y Moldería.
El objetivo de impulsar la industria textil chaqueña también quedó evidenciado en el crecimiento que experimentó en los últimos tiempos las carreras de diseño en la provincia, resaltó Jacob.
“Sin dudas hubo una enorme evolución. Este año tuvimos unos 30 desfiles de los chicos de las tecnicaturas contra 8 o 9 de los años anteriores”, grafica con satisfacción la responsable de Prointex.