Ciertos cambios drásticos de modos de pensar, ideologías y otras hierbas, de algunos comunicadores de nuestra ciudad aparentan no ser otra cosa que un intento de la conciencia de ir acomodándose a la realidad, que muchas veces se presenta así de cambiante, pero otras, no es más que una estrategia empresarial.
El medio de comunicación, no sólo entrega noticias , sino que también da a conocer sus puntos de vista sobre ciertos acontecimientos de la realidad, se opina con la idea de crear cierta complicidad con el lector o el oyente.
A veces se les presta atención casi como buscando los puntos de coincidencia con su mensaje, para algunos se convierten en criaturas casi perfectas, sabios, serenos.
Sin embargo estas virtudes no siempre son tal, muchas veces (casi siempre) detrás de sus palabras, mas allá de la aparente coherencia de sus opiniones, se esconde un simple comerciante, un responsable ser humano intentando hacer prosperar su negocio, atendiendo a diario su kiosco...lo que no tiene nada de malo.
Cuando un periodista da a conocer alguna información específica, se convierte en un nexo, difunde dicha información de manera masiva con el solo propósito de comunicar. Pero la cosa es muy diferente cuando lo que se difunde es una opinión personal, ya que lo importante de ésto no es la situación que la origina, sino la opinión. Más cuando con ella se busca orientar o lo que es peor influir al público, casi imponiendo su manera de pensar como Palabra Santa.
Es cierto que para que estos cambios repentinos de opinión puedan darse y no llamar la atención, se necesita un cierto tipo de escenario en particular. Es decir, así como el Hotelero espera la temporada turística, como el vendedor de paragüas espera la lluvia...estos comunicadores esperan el río revuelto, la llegada de las campañas electorales o las tormentas políticas y económicas, como las que se viven en la actualidad, son el hábitat ideal para realizar casi como un acto reflejo sus jugadas.
Es imposible ser al mismo tiempo el más Peronista de los Peronistas y el más Radical de los Radicales, no se puede ser mas papistas que el Papa, seamos responsables al analizar los mensajes que recibimos desde los medios, ya que muchas veces nosotros no lo somos al enviarlo.