La pareja, conformada justamente durante la presidencia de Fernando de la Rúa -finalizada con una crisis socioeconómica a finales de 2001-, se separó en 2010 y a días después la colombiana dio a conocer su relación con el futbolista catalán Gerard Piqué, del Barcelona de España.

 

Según trascendió, Antonio De la Rúa reclama parte del dinero que la colombiana ganó durante los diez años que estuvieron en pareja, y en los que asegura haber ejercido como su manager.

 

Los abogados de De la Rúa señalaron que "Shakira no cumplió con lo acordado, que fue una compensación económica por los negocios que mantenían en común".

 

En la demanda, presentada ante la Corte Suprema de Manhattan (Nueva York), se asegura que Shakira "ha tratado de reescribir la historia, que incluye negar la existencia de esta sociedad en común, menospreciando las contribuciones de De la Rúa a la misma y tergiversar los hechos del pasado".

 

Por su parte, la prensa colombiana dijo creer que Shakira buscará un acuerdo privado para cerrar la demanda, en la que De la Rúa asegura que fue gracias a él que la colombiana firmó un contrato de más de 230 millones de euros con la productora internacional de eventos Live Nation.

 

De la Rúa también dijo que su intervención en una pequeña crisis entre la colombiana y la compañía hizo posible que el contrato de su ex novia siguiera adelante.