Tras el "polémico" casamiento celebrado en plena pandemia este sábado en la Iglesia San Miguel de Bovril, que le mereció la notificación al cura de la ciudad, a los novios y a otras tres personas; habló una de las protagonistas del enlace y contó la historia que hay detrás de la boda.
Vicki Rueda, quien se casó con Leo Stach, defendió al párroco Marcelo Bravo y dijo que el matrimonio era parte de una promesa que le habían hecho a Dios por salvar a su hijo, la que debían cumplir antes de que el niño cumpliera los 6 años.
"El padre Marcelo Bravo fue instrumento de Dios para que pudiéramos cumplir nuestra promesa, a tan solo seis días de vencer el plazo que nosotros pusimos en agradecimiento a Dios, por dejar con vida a nuestro pequeño hijo", sostuvo en diálogo con FM Cristal.
"En seis días, Tomasito cumple seis años; nació con hidrocefalia y espina bífida, sin esperanza alguna de sobrevivir. Hoy, frente a todos los malos pronósticos de entonces, está con nosotros, gracias a Dios, a nuestra inmensa fe. Hoy nos besa, nos abraza, nos dice mamá y papá. Y va progresar más, va hablar y va a caminar", expresó.
Con su voz quebrada, Vicky continuó: "El padre Marcelo entendió nuestra necesidad espiritual, fue solo instrumento de este precioso milagro. No merece que se lo maltrate con palabras tan duras y feas. No lo merece, solo personas de poca fe y sin amor pueden dirigirse así".
Además, aclaró: "No tuvimos fiesta, la fiesta fue de Dios en el cielo por nuestro matrimonio. Solo estuvimos con mis hermanos y cuñados y mi madre. Después de la ceremonia, cada uno se fue a su casa".
"Seguramente quien no haya pasado lo que a nosotros nos tocó vivir, no lo comprenderá. ¿Por qué tanto odio? ¿Por qué tanta maldad hacia nosotros, hacia el padre Marcelo? En cualquier súper, tienda o cajero hay más personas de las que hubo en nuestra ceremonia. Eternamente agradecida al padre Marcelo Bravo y a Gustavo Olmos, que fue quien bendijo nuestra unión matrimonial", concluyó.