Por Mariano Incatasciato

En la escuela Técnica Mecánico Rural Nº 6 de San Jaime de la Frontera, los docentes del taller de huerta han logrado sobrellevar la situación del aislamiento ocasionado por la pandemia y hacer que los chicos continúen el trabajo en sus casas. La excusa fueron las huertas. El secreto fue el trabajo mancomunado entre docentes,directivos, padres y los protagonistas de la historia, los alumnos de 3º año de la escuela.

Con la idea de retener a los adolescentes como alumnos en el establecimiento, mantenerlos incentivados, fomentar la cultura del trabajo y consumir la propia producción, este grupo de docentes trabajó en la preparacion de plantines de hortalizas las que fueron entregadas, junto con colecciones de semillas amorosamente preparadas , a los padres de los alumnos.El programa ProHuerta de INTA acompañó con la entrega de material didáctico y colecciones de semillas a través de la Dirección Departamental de Escuelas.

Las imágenes valen mas que mil palabras,los chicos son los protagonistas, los padres, colabordores activos, los docentes trabajando interdisciplinariamente, las instituciones apoyando, capacitando y enseñando a traves de material didáctico que llega a sus manos en múltiples formas.

En la soledad del campo o en la soledad de las huertas urbanas , los niños descubren el placer de acercarse a la naturaleza a través del cultivo de la tierra mientras aprenden el valor de la perseverancia , la paciencia , la humildad y la gratitud.

Cualquiera que ha tenido la oportunidad de cuidar un huerto o un jardín ha aprendido a respetar los ritmos de la naturaleza, a obedecer los ciclos, a entender la interdependencia con todo lo viviente, a sentir que no se está solo y a la aceptacion de la realidad tal como es.

Los docentes continuan proyectando… la herrería de la escuela los espera para poner en practica los diseños de herramientas y maquinas para facilitar el trabajo de la tierra.