Por Andrés Gastaldi

El perito topógrafo José Carlos Gómez se basó en investigaciones de Facundo Arce y Manuel Castrillón para así poder empezar a tejer la trama de la travesía de Manuel Belgrano por los pagos de San José de Feliciano, al cual llegaría un 29 de Octubre de 1810 a estas tierras, al Puesto de La Laguna de Francisco Candiotti o a “lo de Cantero” un puestero de la estancia, a meses de haberse declarado la Revolución.

Dice que el ejército partió de Paraná y cruzó el arroyo Las Conchas. Paso seguido, la tropa descansó en la Estancia de la Torre. Ahí se puede ver una casa en ruinas, en una altísima lomada, tapada de soja en estos días.

Más adelante, vadeó el arroyo Antonio Tomás y ya cerca de la actual Santa Elena, se detuvo en la estancia Vizcacheras, de Francisco Colobrán y Andreu. Allí, su propietaria moderna, Teresa Giustiniani, muestra con orgullo los algarrobales en que los lugareños imaginan a Belgrano echando pie en tierra.

La siguiente meta, ya en la otra orilla del Feliciano, fue el puesto Las Estacas, que pertenecía a la viuda de Juan Ventura Denis, Gregoria Pérez. Esta mujer, la "primera patricia argentina", puso a disposición de los revolucionarios "haciendas, casas y criados, desde el río Feliciano hasta el puesto de las Estacas".

El 20 de junio de 1820, muere Manuel Belgrano, abogado, economista, periodista y propulsor de la educación pública y popular en Argentina y creador de nuestra Bandera Nacional

Luego, las tropas avanzaron hacia la estancia El Rosario (entonces Las Vizcachas), junto a la ruta provincial 1 que vincula La Paz con Feliciano, en la margen derecha del río Feliciano, y luego hacia La Mula, en tierras de Francisco Candiotti, "el príncipe de los gauchos". Por allí sufrió Belgrano un intento de deserción. Dos soldados de la "Caballería de la patria" fueron fusilados, previa sentencia de Consejo de Guerra, en Curuzú Cuatiá.

Algunos paisanos distinguen entre los renovales de espinillo de los distritos Chañar y Manantiales el "camino de tropa" que no saben si atribuir al lugar por donde pasó el ejército, o sólo adjudicarlo al tránsito habitual de columnas de carretas que mercaban en la zona.

Los guerreros siguieron por el puesto De la Laguna, rodeado de montes cerrados, luego pararon en la estancia de Muñoz y finalmente se internaron en las puntas del arroyo Basualdo, para ir a Curuzú Cuatiá. Belgrano reorganizó desde ahí esa ciudad y la de Mandisoví, en Entre Ríos, originada sobre una estancia que fundó Juan de San Martín, el padre del Libertador.

Este itinerario será muy pronto reconocido desde la municipalidad de San José de Feliciano y será plasmado en monolitos que recuerden la travesía del creador de nuestra insignia patria por nuestras tierras. Los lugares trabajados con la subsecretaría de turismo municipal estarán ubicados, dos en donde hoy se conoce como “el paso de la vía”, lugar donde se encontraban las vías férreas, en donde se emplazaron las mismas precisamente por el accidente geográfico de cuchillas que allí se levantaba, y uno en el viejo camino a La Paz, en el puesto de La Laguna, en cercanías al arroyo Lagunas, en la misma ruta que lleva al santuario del chasqui milagrero Lázaro Blanco.