En virtud de la alerta meteorológica por altas temperaturas se debe prestar especial atención tanto a los más chicos como a las personas mayores. Es necesario ofrecerles líquidos de manera continua, cuidando que permanezcan en lugares bien ventilados y frescos, evitando la exposición al sol.
Ante la incidencia de las altas temperaturas, el Ministerio de Salud de Entre Ríos, a través de sus distintas áreas y programas, recomienda: mantener una hidratación adecuada con agua segura (aún sin sed); usar ropas de tejidos livianos y colores claros; e ingerir comidas frescas, sobre todo frutas y verduras.
Otro cuidado que hay que sostener consiste en evitar la exposición solar –entre las 10 y las 16– y hacer actividad física intensa en la misma franja horaria.
Asimismo, se deben evitar las bebidas alcohólicas, con cafeína y azucaradas, muy frías o demasiado calientes.
Teniendo en cuenta que rige la alerta por altas temperaturas, también aumenta el riesgo de padecer golpe de calor. Se trata de un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas, que puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos.
Puntualmente, los signos de alarma de un golpe de calor consisten en: sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel enrojecida y caliente, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros. Ante estos signos, sin demora se debe trasladar a la persona afectada al hospital o centro de salud más cercano.
En los bebés, es importante resguardar que la piel no se encuentre muy irritada por el sudor en las áreas del cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal. También la lactancia a demanda y la permanencia en lugares ventilados y frescos (con ventilador o aire acondicionado).
Desde la coordinación de la Unidad Ministerial de Programas y Políticas para Personas Mayores, Esteban Sartore destacó como fundamentales la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad para evitar los golpes de calor ante temperaturas tan extremas. “El principal y más importante consejo es la ingesta de agua. Las personas mayores van perdiendo la sensación de sentir sed y en toda edad, aunque no tengamos las ganas de ingerir líquidos, debemos tomar al menos dos litros de agua para evitar la deshidratación; los golpes de calor; y la hipertensión en personas mayores”.
Asimismo, Sartore recomendó: “Es importante ofrecer a las personas mayores comidas de preparación muy rápida, fundamentalmente frutas y verduras en ensaladas, evitando las ingestas copiosas de alimentos y calorías. También que se evite salir en el horario de 11 a 16; usar ropas claras, holgadas y protector solar”, señaló.
El funcionario agregó que, en caso de asistir a una persona con golpe de calor en la vía pública, es necesario ubicarla a la sombra o en un local con aire acondicionado o zona de ventilación; mojarle la cabeza, la nuca y llamar al servicio de emergencias 107.
En tanto que la directora del Centro Regional de Referencia Doctor Gerardo Domagk de Paraná, Flavia Pereyra, hizo especial hincapié en la importancia de recostar y elevar las piernas de las personas con síntomas de golpe de calor. “Además, es necesario colocar paños mojados en cabeza, axilas e ingle para bajar la temperatura (o baño con agua templada) y rápida consulta en Guardia en personas mayores y niños pequeños”, indicó.
Otros cuidados a tener en cuenta
La temporada de calor extremo requiere conservar en la heladera aquellos alimentos que puedan echarse a perder debido a las altas temperaturas. En este punto, es importante verificar el buen funcionamiento del refrigerador y que los alimentos no pierdan la cadena de frío. Asimismo, aquellos alimentos que pueden permanecer fuera de la heladera, deben estar resguardados en lugares limpios y frescos.
Es necesario, además, desechar los alimentos perecederos (incluidos la carne, el pollo, el pescado, los huevos y las sobras) que hayan estado por dos horas o más fuera del frío. Se debe proceder de igual forma con todos los comestibles enlatados cuyos envases estén abiertos, dañados o inflados.
El agua para el consumo siempre debe ser segura y estar en la heladera, correctamente envasada en botellas o bidones limpios y cerrados, alejada de fuentes de calor.