Hace sólo unos días, Gran Bretaña comenzaba a llorar la pérdida de Colin Weir, quien ganó hace 9 años la lotería europea por excelencia, Euromillones, convirtiéndose, junto con su mujer, en el ganador del mayor premio de la historia de esta lotería, 210 millones de dólares. Euromillones tardó ocho años en superar este récord: hasta octubre del año pasado no entregó un premio de monto superior, concretamente de 221.500 millones de dólares. Hablamos de premios sensiblemente superiores a lo que se puede ganar en una lotería nacional. Para que nos hagamos una idea, el premio de 51.650 millones de pesos ganados en Corrientes hace unos años equivaldría a casi un millón de dólares.
Colin Weir tenía 71 años el día de su muerte, por lo que, dejando a un lado su fama por ganar el Gran Premio lotero, podría pensarse que no tiene mayor relevancia. Sin embargo, Gran Bretaña se ha teñido de luto ante la noticia, pues este hombre ha hecho cosas más importantes que ganar un premio que formará parte de la historia de Euromillones, por ejemplo por su activa, determinante y generosa participación en la independencia de Escocia, como ha resaltado su ex-mujer, con quien compartió 38 años de matrimonio. De hecho el Primer Ministro de Escocia, Nicola Sturgeon, ha manifestado públicamente su profunda tristeza ante la pérdida de Colin, y no ha sido el único. Michael Russell, Ministro de Relaciones Constitucionales del SNP, también le dedicó un tuit agradeciendo su generosidad.
Realmente, este hombre era una persona normal y corriente, cámara de TV, pero el dinero puede brindar grandes oportunidades a las personas para realizar sus sueños o llevar a cabo sus metas y objetivos. En este caso, Weir habría apoyado la causa del SNP igual, pero contribuir económicamente sin duda consiguió resultados mucho más interesantes.
Aparte de esta intervención, también es conocido en su tierra por su aportación al Patrick Thistle FC, un club de fútbol de Glasgow del que fue fanático toda su vida. Antes de morir, obtuvo una cuantiosa participación en el club, asegurando que en marzo de este año regalaría a un grupo de aficionados el 55% de la misma. Estas acciones para hacer de los Jags un club mejor le valió para que una sección del estadio Firhill haya sido bautizada con su nombre. La dotación económica no fue su única iniciativa, sino que además peleó porque Thistle contase con una asociación juvenil de calidad. Varios miembros del club han hecho públicas sus condolencias y se han mostrado francamente apenados por la pérdida, ya que Weir enfermó hace relativamente poco tiempo y su muerte ha sido rápida (aunque le ha dejado tiempo suficiente para poner sus asuntos en orden).
De cualquier manera, parece que Colin Weir ya repartió gran parte de su fortuna en vida. Pudiendo haber vivido con grandes lujos, se permitió junto a su mujer efectivamente una casa con piscina, cine y establo, pero al igual que adquirieron esta vivienda para sí mismos, regalaron a sus hijos y a algunos amigos otros inmuebles, además de cambiar de coche y regalar a amigos y familiares algún otro más. Es seguro que este sencillo cámara de televisión se ha ido en paz y con la conciencia de haber empleado su fortuna en hacer felices a sus seres amados y contribuir, a su manera, a que el mundo, o al menos el suyo, sea un lugar mejor, y esto es mucho decir.