Por Mariano Incatasciato
Luego de casi cinco años de planificación y trabajo, acaba de finalizar una de las tareas más estratégicas en defensa del ambiente que haya encarado el Estado Nacional en las últimas décadas: se trata del “Segundo Inventario Nacional de Bosques Nativos” y una de las empresas que lo llevó adelante, con el apoyo de dos entidades, es de Gualeguaychú.
Dicho inventario es una de las políticas de Estado que supo sobrevivir, por su importancia, a los cambios de gobierno a nivel nacional. Este minucioso estudio fue desarrollado bajo la órbita de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación en base a la ley de “Presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos”. En tanto, el financiamiento se llevó a cabo mediante un préstamo del Banco Mundial y con fondos complementarios del Estado nacional con la participación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Puntualmente, el Estudio Feldkamp fue uno de las responsables de cubrir gran parte del territorio argentino realizando este trabajo de base que es de notable impacto de cara a la preservación de los árboles autóctonos. Y lo hace aún más interesante el hecho de que al momento de la licitación de las tareas lo hizo acompañado y apoyado por dos instituciones: la Sociedad Rural Gualeguaychú (SRG) y la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU).
“La Rural de Gualeguaychú fue la única del país que se involucró de esta manera, avalando y apoyando una de las propuestas para llevar adelante un inventario de nuestros bosques. Esto significa, en los hechos, apostar a la defensa del monte nativo, al cuidado del ambiente y contribuir a una mirada productiva amigable con el entorno. Un caso similar pasó con la UCU donde además se involucraron profesionales”, explicaron los responsables del trabajo.
Este inventario es una radiografía de cómo están conformados nuestros bosques y en qué estado de conservación se encuentran, siendo sus principales objetivos actualizar la información de los recursos forestales nativos, reforzar el sistema nacional de monitoreo de bosques, contribuir a dar cumplimiento a las normativas nacionales, entre otros beneficios.
En tanto, desde la SRG, el vicepresidente a cargo, Sergio Dalcol y el entonces titular de la entidad, José Colombatto (hoy a cargo de FARER), coincidieron en que “cuando se nos solicitó aval y respaldo en el inicio de este proceso no lo dudamos ni un instante por dos grandes motivos: uno, porque confiamos en la capacidad de los profesionales que iban a encarar semejante responsabilidad, y por el otro, porque desde la Rural y desde FARER estamos consustanciados con la defensa del ambiente y esto contribuiría a ello, ya que es como un gran censo de los bosques nativos que tenemos que defender en todo el país. A partir de ahora se tiene mucha más información para actuar en consecuencia”, explicaron.
Un estudio extraordinario
A efectos de ser gráficos, se trazó una cuadrícula de puntos equidistantes cada 10 km que se extendía sobre todo el territorio nacional. Así cada 10 kilómetros, debía identificarse el punto que marcaba la grilla en el mapa, concurrir al lugar, marcar la parcela y realizar el inventario del lugar.
Particularmente, en esa ubicación se estudiaba una parcela, colectando, procesando y reportando datos sobre la composición florística de individuos leñosos, estado de conservación, atributos del sitio, evidencia de acciones antrópicas, volumen y características (diámetro y altura) de los individuos registrados en el área de estudio.
Para tener una referencia de lo completo y complicado de la tarea, se marcaron 4.158 parcelas remedibles en las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Salta, Formosa, Tucumán, Jujuy, Catamarca, Misiones, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Rioja, Mendoza, La Pampa, San Juan, Buenos Aires y San Luis.
“Para que tengan una dimensión del trabajo que desarrollamos, muchas veces con personal propio, otras contratando técnicos, estuvimos a cargo de relevar aproximadamente 3.200 parcelas en toda la Argentina. Para ello que había que llegar al punto exacto que marcaba el mapa. Algunas zonas eran de acceso no tan complicado. Otras llevaban días. La cordillera, Tierra del Fuego y Jujuy se pueden contar entre las que más nos costaron. Fue un trabajo extraordinario, complejo, pero es un aporte a la conservación de nuestros bosques casi sin antecedentes en la historia del país”, explicaron desde el Estudio Feldkamp, a cargo del inventario.
Asimismo, agregaron que “si bien el Estudio Feldkamp fue el responsable general de la tarea en lo atinente a lo organizacional y la logística, la parte técnica estuvo a cargo del ingeniero forestal Emilio Montefinale y ha cumplido una labor excelente, por la cual hemos recibido sólo conceptos positivos”, destacaron.
La importancia de los bosques nativos
Cabe recordar que la Argentina tiene siete regiones forestales: Región Selva Misionera, Región Selva Tucumano Boliviana (Yungas), Región Parque Chaqueño, Región Bosque Andino Patagónico, Región Espinal, Región Monte, Región Delta e Islas del Río Paraná.
Los bosques nativos brindan beneficios tangibles e intangibles, generados por los ecosistemas del bosque nativo, necesarios para el concierto y supervivencia del sistema natural y biológico en su conjunto, y para mejorar y asegurar la calidad de vida de los habitantes de la Nación beneficiados por los bosques nativos denominados servicios ambientales.
En este caso, el inventario a escala nacional cubre una gran superficie del territorio argentino y brinda un nivel de detalle. Por consiguiente, en caso que se quiera aplicar normas de manejo en bosques nativos, es preciso contar con inventarios forestales a menor escala. Además, es una herramienta estratégica nacional necesaria para planificar políticas públicas de conservación y manejo sustentable de los bosques.
Su objetivo es proveer la información actualizada del patrimonio de bosques nativos del país y establecer un sistema continuo de inventarios forestales sucesivos. De esta manera se da cumplimiento a la Ley de Bosques Nativos y a los convenios internacionales asumidos por Argentina para el diseño, aplicación y seguimiento con la estrategia de cambio climático.