Por por @untalconrado
Dibujar con luz, ése es el desafío para cualquier fotógrafo. Amateur, principiante o profesional, siempre nos encontramos ante ese desafío. La luz debe ser el pincel, y no es sencillo. En mis talleres de fotografía, siempre (o casi) el 60% de la clase abandona luego del inicio, quizás por esa confusión de pensar que ser fotógrafo es simple, fácil, de que cualquiera puede. La cuestión está en saber trabajar con paciencia, pasión y buscando que la luz siempre nos ayude a encontrar ese camino personal de tomar fotos, primero para uno mismo, y luego para que le gusten a los demás, sin miedo a la crítica. por @untalconrado
Navegando por redes sociales, me encontré con ellos, y me convertí en su seguidor. Sus fotos, en redes sociales, son pura inspiración.
Gastón Godoy
De Colón, cuenta que la fotografía para él es pasión. El momento en el que está creando con la fotografía, hace que se sienta pleno. Es una de las cosas más importantes y que más lo llenan en su vida.
También nos decía que "en casa siempre había una cámara de fotos. Mis viejos hacían fotos. Siempre fue algo que me llamaba la atención desde chico. Pero primero empecé a estudiar video, fuí cameraman con 14 años, y después comencé a estudiar fotografía por 1994, a los 16 años, con una Canon EF-M analógica de enfoque manual. Porque había unas ideas que se me cruzaban por la cabeza para hacer, retratar, pero no sabía cómo. Ahí empezó el viaje de ida en este vicio que es la fotografía, y hasta hoy uso canon.
Una anécdota con la fotografía, cuando me casé, para la luna de miel hicimos en auto un recorrido por el noroeste argentino, llegamos hasta La Quiaca. Me llevé la cámara, con todas las lentes y la notebook, durante el día, fué más un viaje fotográfico, me la pasaba tomando fotos, cuando llegaba al alojamiento, descargaba todas las fotos en la notebook, para tener limpia la tarjeta de memoria para el día siguiente. Por suerte mi señora me acompaña en mi pasión y la soporta. Ella me acompaña mucho a hacer fotos siempre y aporta muchas ideas.
Florencia Curi
De Chajarí, destaca que la motiva muchísimo cuando hay algo que contar, algo que decir. A veces siente que la foto surge, solo pasa, la ves, está ahí, estás viendo elementos del paisaje que te resultaron armónicos, o la sonrisa perfecta para ese momento, la mirada de alguien, la luz que dibuja o pinta un espacio, o algo que te dice hacé el click, a veces la foto no representa lo que uno vio, y otras sí. Pero el pensar que eso que viste podés mostrárselo a otro desde tu mirada le parece maravilloso.
También le pregunté por su ritual para hacer fotos y me contaba que "lo que siempre he tratado de hacer es tomar distancia de mi cotidianeidad para poder adquirir miradas diferentes, y esto sería más que una rutina, una actividad que no le sé la periodicidad, pero que siento necesaria en varios momentos del año, los viajes me han ayudado mucho a esto. A la fotografía ingresé por mi papá, él era fotógrafo y cuando era chica me llevaba con él al laboratorio blanco y negro a revelar fotos. Que te puedo decir, imaginate a los 6 años en una época donde la tecnología no existía, y sobre un papel blanco con unos líquidos empieza a aparecer una imagen, lo mínimo que pensé es que era magia y mi papá era un verdadero genio. Desde esa época me interesó la fotografía y él me fue enseñando todo lo que sabía, mi mamá me daba libros, y a los 11 años me regaló mi primer cámara reflex.
Una vez viajando por Katmandú habíamos decidido ir al Templo que llaman de los monos, que tiene una escalinata que realmente creo que amerita entrenamiento previo que obviamente yo no tenía, cuesta arriba miles y miles de escalones que cortan la montaña para llegar a los ojos del Buda. Me costó muchísimo llegar, cada tanto paraba para hacer alguna toma de fotos, alguien que bajaba alentaba para que siguiéramos el camino que faltaba menos, hasta que llegamos arriba. Una vez ahí, te pasan tantas cosas, que no entendes, porque es alegría por haber llegado, satisfacción por estar ahí, y la vista desde lo alto hacia la ciudad, ver las casitas y las nubes entre las montañas, era un verdadero paraíso, y es ahí donde entró en mi cabeza, como hago para sacar fotos, para plasmar todo esto que siento y veo, y en ese instante me arrepiento de quejarme de cargarla todos los días porque poder tomar fotografías en ese momento te da una sensación de poder, gratificación y alegría de sentir que estás en el lugar indicado. Ese día que me sentía mal conmigo (en términos de salud), entendí que la fotografía vino a ser de alguna manera mi salvadora.
Santiago Gomez
De Paraná, cuenta que lo que lo motiva a tomar fotos es el paisaje, sumado con el "momento de luz". El atardecer lo inspirado muchísimo, es como que a un bello paisaje la luz, ese momento, lo hace ver mucho más lindo.
Sobre su forma de tomar fotos nos decía "no tengo rutina con la fotografía. Pueden pasar semanas, o meses que no toco la cámara, y en otras oportunidades todos los días salgo a sacar fotos. Si tengo un viaje planeado ahí ya es diferente ya que armo todo el viaje en base a las fotos que tenga planeadas. Siempre me gustó la fotografía. Después entrando a mirar fotos quedé impactado con el trabajo de un fotógrafo de Oro Verde que se llama Germán Savor, más que nada en sus fotografías nocturnas, que no entendía cómo podían hacerlas...
Me compré mi primera cámara, las mal llamadas "semiprofesionales" y ahí empezó todo, ahí arranqué a investigar y practicar mucho. Más que experiencia o anécdota es un aprendizaje, por más que veamos muchas fotos del lugar que queremos retratar, buscarle la vuelta, otro ángulo, usar otros lentes. Para darle el toque personal.
Silvana Rosa Varga
De Crespo, es mamá de tres mujeres y un varón y abuela de 8 nietos.
Nos cuenta que con la fotografía sólo piensa en querer que otros vean la vida como ella la observa. "Quiero compartir las maravillas que se me presentan a diario, ya sea en casa o viajando, desde una pequeña arañita hasta una puesta de sol, la mirada dulce de una madre acurrucando a su hijo o la Luna con todo su detalle. Cuando se es fotógrafo las cosas se ven diferentes, el ojo ya no es un órgano, es la ventana del alma. Tal vez es mostrar en cada foto un pedacito de mí. Soy fotógrafa desde muy jovencita, pero sigo aprendiendo día a día. Podés tener toda la teoría, pero si no lo pones en práctica no sirve de nada. Equilibro mi estudio a la fotografía con mi profesión, soy Óptica Técnica y Contactóloga, trabajo que ejerzo actualmente y demanda mi día completo. Pero busco un tiempo para hacer cursos virtuales o aprender y poner en práctica técnicas nuevas. No dejo nada sin aprender. La edad no me detiene. Aprendí fotografía de la mano de mi papá, Alejandro en Santa Fe, Capital, su mirada única en esos bellos retratos en blanco y negro me marcó de por vida. Lo perdí muy joven, pero en cada foto que hago sigo escuchando sus consejos. Lo siento a mi lado: -"Fotos toma cualquiera, pero si pones el corazón alineado con tu ojo, esa foto no sólo es tuya, es única". Era un genio. Cada foto es un sentimiento, no sólo una imagen".
Le pedimos una anécdota y nos relata: "Uno de esos momentos, en que estoy en la naturaleza, olvidándome del tiempo, estoy recostada en el suelo, olvidé llevar la lona, para evitar que hormigas y otros insectos suban a mi cuerpo, pero esa ave merecía ser fotografiada al ras del suelo, así que, sin pensarlo, y sin darme cuenta, estoy tirada en el pasto intentando tomar el mejor ángulo. Cuando siento que, por mis piernas, por suerte cubiertas, repta algo, miro sobre mi hombro y una hermosa y gigante yarará se pasea por ellas... A esperar que pase."
Diego Gimenez
De Paraná , nos cuenta que no trabaja ni vive de la fotografía, le gusta mucho, lo despeja, ver la reacción de la gente cuando miran sus fotos, eso lo hace dar cuenta que valió la pena haber salido una tarde a fotografiar una tormenta o atardecer "después cuando volvés a tu casa cansado, derrotado por la picadura de mosquitos, el calor, el frío de alguna helada, descargar las fotos y ver el resultado de esa jornada, te llena el alma".
Sobre su rutina fotográfica: "antes cuando trabajaba en el campo, salía todo los días, si no tenía tiempo de hacer un párate marcaba lugares para luego ir cuando estuviera libre, ahora por la situación actual salgo fin de semana a lugares cercanos a mi hogar, uso solamente instagram para subir fotos una o dos veces a la semana, pero trato de hacer fotografía todo el tiempo, ya sea con cámara o celular.
Desde chico miraba revistas, había una que venía con el diario todo los domingos, mostraba lugares de turismo y eran todas postales del sur, norte, te volvías loco, después con el tiempo fui averiguando sobre cámaras, pero era imposible a mi temprana edad comprar una, con los años logré comprarme una a rollo muy básica, después una digital, y a lo último ya con treinta y algo de edad logré comprarme una cámara profesional, así que medio grande de físico pero siempre recordando esas revistas y tratando de que algún día una de mis fotos esté en alguna de esas.