Los investigadores solamente tienen hipótesis sobre el misterioso homicidio del soldado voluntario Fabricio Bermani, ocurrido en el Regimiento de Chajarí. A un mes del brutal crimen, los sospechosos se encuentran prófugos
Los investigadores están desorientados y admiten que no tienen pistas firmes sobre el paradero de los acusados por el crimen del soldado Fabricio Bermani, asesinado el 19 de junio mientras cubría una guardia en inmediaciones del Regimiento de Chajarí.
Sin embargo, están seguros de que el homicidio fue perpetrado por Antonio Escobar y Brian Escobar, padre e hijo, y que Nilda Beatriz Leiva, la madre de Brian, colaboró en la fuga de su hijo y por eso permanece detenida en la cárcel de mujeres de Paraná.
La Policía irradió sus fotos a fuerzas de seguridad nacionales y de otras provincias, porque creen que ambos huyeron de Entre Ríos e incluso no creen que estén juntos.
Se basan en el testimonio que dio un remisero que dijo haber trasladado al joven Brian Escobar, de 18 años, hasta las afueras de Concordia luego de que huyera de Chajarí y abandonara su moto en la casa de un familiar.
Bermani, soldado voluntario de 22 años, futuro padre, su novia cursa el sexto mes de embarazo, arquero en un equipo de fútbol y experto en karate, fue asesinado de un balazo en la nuca mientras estaba acostado y con los brazos hacia delante, mientras cubría una guardia en el regimiento, en un horario que oscila entre las 23.30 del sábado 18 de junio y la 1.30 del domingo.
El hecho de que Bermani no hiciera sonar el silbato de alerta, como lo indica el protocolo ante una presencia sospechosa, enseguida abonó la presunción de que conocía a sus atacantes.
El Once