Se trata de la TAK-003, que está indicada para todas las personas mayores de 4 años, hayan tenido o no la enfermedad. El laboratorio japonés de referencia comenzará el proceso productivo de la misma de modo tal de estar en condiciones de enviar el primer lote al país. Especialistas indicaron, de todos modos, que la vacunación no cumple con la función de bloqueo frente al actual brote de dengue y recomendaron continuar con las medidas de prevención y control del vector.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el uso de la vacuna contra el dengue desarrollada por el laboratorio japonés Takeda para todas las personas mayores de 4 años, hayan cursado o no previamente la enfermedad.
Con el nombre de TAK-003, la vacuna se basa en el virus del dengue 2, al que se añade ADN de los otros tres serotipos para proteger contra cualquiera de los cuatro tipos de dengue. Su forma de administración son dos dosis que deben ser aplicadas en un intervalo de tres meses.
La TAK-003, también conocida como Qdenga, recibió su primera aprobación en agosto de 2022 en Indonesia y posteriormente en la Unión Europea en diciembre de 2022. Luego, le siguieron el Reino Unido en enero de 2023 y recientemente ha sido también aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (ANVISA). Su utilización está contemplada para zonas endémicas. Tras la aprobación por parte de la ANMAT, el laboratorio japonés establecerá los protocolos de inicio del proceso productivo para el envío de un lote de la misma a nuestro país. Cuando esto suceda, una vez concluido ese ciclo y siempre siguiendo estándares de calidad y trazabilidad, Argentina estará en condiciones de recibir ese envío para su posterior comercialización en territorio nacional.
Autoridades del Ministerio de Salud de la Nación, en tanto, mantuvieron un encuentro con especialistas y expertos para analizar las diferentes vacunas aprobadas contra dengue, o en vías de aprobación, así como estudiar las posibles recomendaciones de implementación de una vacuna contra esta enfermedad. De la reunión formaron parte representantes del laboratorio Takeda, como del Instituto Butantan de Brasil y del laboratorio Sanofi-Pasteur, quienes presentaron una actualización de los estudios de fase III de sus vacunas contra dengue.
El grupo de expertos y autoridades sanitarias consideraron que, en base a los datos presentados, ninguna vacuna cumple función de bloqueo frente a un brote de dengue como el que tiene lugar actualmente en nuestro país. En ese sentido, coincidieron en que la mejor estrategia de prevención sigue siendo la participación de la comunidad en relación al control y eliminación de criaderos de mosquitos, así como el fortalecimiento de la comunicación de las medidas de prevención para evitar picaduras de mosquitos y el empleo de métodos de aislamiento vectorial (repelentes, espirales, mosquiteros, etc.).
Asimismo, consideraron que la mayor carga de enfermedad, que se traduce en sobrecarga del sistema de salud, está vinculada a las formas leves o moderadas que no requieren hospitalización. Por su parte, la tasa de mortalidad y de formas graves es baja, de modo que la incorporación de una vacuna podría pensarse para bajar la carga de enfermedad, y evitar la sobrecarga en el sistema de salud.
Finalmente, los presentes acordaron que, en enfermedades transmitidas por vectores, la vacunación no es ni debe ser la única estrategia de prevención, aun cuando pudiera contarse con vacunas eficaces, seguras y económicas. En este sentido cabe además destacar que el mismo vector Aedes aegypti es capaz de transmitir otros virus como el zika y el chikungunya, enfermesades para las cuales aún no se cuenta con vacunas.
Por lo tanto, es necesario continuar fortaleciendo la estrategia de gestión integrada implementada en América Latina por la Organización Panamericana de la Salud (EGI-Dengue) abordando la vigilancia epidemiológica, la promoción de políticas ambientales para control del dengue, la gestión integrada del control vectorial, el cuidado del paciente, el establecimiento de una red de laboratorios virológicos, y la comunicación social para el cambio conductual.
Hasta la semana epidemiológica 15 de 2023, es decir hasta el 15 de abril, se notificaron en el país 56.324 casos de dengue, de los cuales 51.637 adquirieron la infección en la Argentina. Al momento, la circulación de este virus se ha identificado en 15 jurisdicciones correspondientes a cuatro regiones: Región Centro (Buenos Aires; Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Córdoba; Entre Ríos; Santa Fe); región NEA (Corrientes; Formosa; Chaco); región NOA (Catamarca; Jujuy; La Rioja; Salta; Santiago del Estero; Tucumán) y la provincia de San Luis en la región Cuyo.
Los casos registrados hasta el momento presentan una distribución territorial amplia con un mayor número de casos en las regiones del NOA y Centro, predominado la circulación de DEN-2 y, en menor medida, DEN-1. Esto es una importante diferencia respecto de otros años en los que predominó el DEN-1.
La reunión, coordinada por Andrea Uboldi, ex ministra de Salud de la Provincia de Santa Fe, y Verónica Lucconi Grisolía de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI), contó con la participación de Angela Gentile, jefa del departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez; Tomás Orduna, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi); Cristian Biscayart, de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero (SLAMVI).
Por parte de la cartera sanitaria nacional estuvieron presentes Teresa Strella, directora nacional de Control de Enfermedades Transmisibles; Carlos Giovacchini, director nacional de Epidemiología; Florencia Bruggesser, directora de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles; Alejandra Morales, del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio Maiztegui”; Daniel Salomón, del Instituto Nacional de Medicina Tropical; Yael Provecho, directora de Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores; Susana Lloveras, de la Coordinación de Zoonosis; y Gabriela Elbert, Nathalia Katz, Rocio Barrios, María Jimena Aranda y María del Valle Juárez de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles.