Como organización sindical AGMER comparte todas las políticas destinadas a resolver las cuestiones más urgentes del drama social que vivimos. Y la primera de ellas es el hambre de nuestros chicos y chicas. Demandamos acuerdos sostenibles entre todos los actores involucrados para la implementación acertada de estas medidas.
Ante la Resolución Nº 1599/19 del Ministerio de Desarrollo Social de Entre Ríos que dispone la extensión del almuerzo que se brinda en los comedores escolares de la provincia a los días sábados (y la Resolución Nº 4222/19 del CGE, que instrumenta esa disposición en el ámbito educativo), desde la Comisión Directiva Central de AGMER consideramos:
a) Compartimos plenamente la necesidad de establecer acciones concretas –de manera inmediata y urgente- para comenzar a solucionar la crisis alimentaria que golpea con dureza a los sectores más carenciados, que fueron además abandonados por políticas fuertemente expulsoras, que les dieron la espalda a los trabajadores, diezmaron su poder adquisitivo y destrozaron el tejido social. Es claro que este nuevo ciclo del gobierno neoliberal macrista sólo dejó pobreza, hambre y marginación social. Los trabajadores de la educación sabemos muy bien esta situación porque es el paisaje cotidiano que se presenta en la mayoría de nuestras escuelas. Las maestras y maestros no se resignan y resisten porque saben que si ceden nuestros gurises pierden uno de los pocos espacios de contención social que quedan en pie y que la sociedad necesita. Entendiendo este contexto, como organización sindical compartiremos todas las medidas destinadas a resolver las cuestiones más urgentes. Y la primera de ellas es el hambre de nuestros chicos y chicas.
b) El IV Congreso Educativo de AGMER estableció una agenda que ancló sus definiciones centrales en dos elementos medulares: la educación como un derecho social y la inclusión como parte inseparable de ese derecho, demandando al Estado que asuma el rol que jamás debió abandonar, esto es, asegurar, garantizar y ampliar derechos a los que menos tienen. Por eso desde hace años venimos planteando con insistencia que el problema alimentario –desatendido por las políticas neoliberales- atenta contra la inclusión educativa y contra el derecho de aprender en condiciones de igualdad.
c) Desde esta Comisión Directiva Central entendemos que el problema alimentario es de tal gravedad que obliga a resolverlo en forma integral, atendiendo y escuchando a todos los sectores de la comunidad que están en condiciones de aportar a la resolución de este drama social. Es necesario poder articular acuerdos perdurables como camino necesario en la instrumentación de políticas sociales que pretendan revertir el hambre de nuestros gurises. Esto por esto que alertamos sobre los riesgos de avanzar en estas medidas sin la participación de los demás sectores, tensionando el consenso necesario para una implementación acertada.
d) Se hace necesario establecer acuerdos que contengan una serie de previsiones anticipadamente: la ampliación del presupuesto en las partidas para comedores escolares (actualmente insuficientes para atender el almuerzo de lunes a viernes) y criterios definidos con antelación sobre la responsabilidad de abrir las escuelas los días sábados, la asignación de responsabilidades (personal de cocina, cómo impacta en la carga horaria del directivo de escuela y sus condiciones laborales, condiciones de seguridad y de trabajo, seguro escolar), etc.
Insistimos en que la actual coyuntura política y social nos obliga a encontrar acuerdos entre los distintos actores de la comunidad, tendientes a garantizar de manera urgente el derecho de nuestros gurises de concurrir a la escuela sin hambre y que a la vez contengan los derechos de los trabajadores. Está claro que no son cuestiones antagónicas y se puede lograr si existe la voluntad política de todos los intervinientes en este drama social en el que hoy estamos.