Tras seis años de relación, Vanina y Luisa, una pareja oriunda de la ciudad de San José de Feliciano, este viernes acudió al Registro Civil de Chajarí junto a Isaías, su pequeño hijo de dos meses, para casarse ante la ley.
El pequeño nació el 14 de noviembre pasado en el hospital Santa Rosa de Chajarí y fue bautizado el 18 de enero, en la parroquia Santa Rosa de Lima, oficio religioso que estuvo a cargo del sacerdote Aníbal Aguilera. La pareja se conoció hace seis años en Feliciano, y hace tres se mudaron a Chajarí. En noviembre, cuando nació el hijo de ambas, quisieron anotarlo y decidieron formalizar el matrimonio, convirtiéndose así en la primera familia comaternal de Chajarí.
Las jóvenes se conocieron mientras una cursaba el profesorado en Biología y la otra el profesorado en Bellas Artes, en Feliciano.
No les importó demasiado el qué dirán. Empezaron una relación, se fueron a vivir juntas y un día decidieron que era momento de casarse.
Hicieron planes, organizaron fechas, pero cuando todo estaba listo ocurrió un imprevisto: quedaron sin trabajo y sin dinero para costear el gasto de un casamiento, así que todo se aplazó.
Pero ahora, un grupo de amigos las empujó, María Luisa Puschasis y Alicia Vanina De Mauri buscaron fecha en el Registro Civil de Chajarí, donde ahora viven y, finalmente, ayer dieron el sí frente a la jueza Natalia Arruda. En el acto, también hicieron la presentación de los anillos y dirigieron unas emotivas palabras, que sellaron en un abrazo.
En medio, a sus vidas llegó Isaías, concebido mediante fertilización asistida, en Rosario, bautizado por el rito católico el 18 de enero en la parroquia Santa Rosa de Lima de Chajarí.
“Nunca tuve ningún problema en hacer pública mi historia”, dijo Luisa. “Y eso que me crié junto a un padre muy chapado a la antigua. Fue difícil hablarlo con él, y además hacerle entender nuestra historia. Pero al final me aceptó, y aceptó a mi pareja. Yo le había dicho: ‘Viejo, yo no voy a seguir una vida que no me va a hacer feliz, no me pidas eso, sólo por darte el gusto a vos’. Al final, entendió”, recordó.
Su papá, Ramón, sin embargo insistía con algo. “Me decía que no le iba a poder dar un nieto. Y yo le dije que sí, que iba a ser abuelo. Y ahora finalmente es abuelo”, contó Luisa.
Ante una consulta que El Diario hiciera al sacerdote Daniel Petelin sobre el bautismo, respondió que la Iglesia acepta a todos los
bautizados. “Normalmente, el bebé se bautiza, independientemente de si es un bebé de probeta, por inseminación o como sea. Se lo bautiza. Si la persona viene a bautizar ese hijo, no se le dice que no. La persona viene de buena fe. Pero esto es así acá, en Chajarí, y en cualquier parte del mundo”, relató.
Luisa dice que cuando fue donde el párroco de Santa Rosa, Aníbal Aguilera, pensó que podría haber algunos tropiezos. “Es por la ignorancia que a veces uno tiene: pensé que se podría generar alguna demora, que no encontraríamos turno rápido, pero nada que ver. Ningún problema para bautizarlo”, mencionó.
Ya formalizado el matrimonio, Isaías podrá llevar el apellido de las dos mamás que tiene. Eso es lo que querían, ponerle los dos apellidos a Isaías, pero se toparon con un imponderable: para cumplir ese trámite, en el Registro Civil le exigieron un requisito, casarse. Entonces fueron por eso, por el casamiento.
Darío Quiróz, Coordinador del CIC Chajarí, desde un primer momento las apoyó y acompaña en este importante momento, además, como obsequio de bodas, les regaló las alianzas y es uno de los padrinos de esta unión.
En Chajarí, contó Quiroz, la unión de Luisa y Vanina será la primera familia comaternal de que se tengan registros en la ciudad.
La ley
Desde 2010, rige en el país la Ley de Matrimonio Igualitario Nº 26.618. En un conteo hecho a julio último, al cumplirse el cuarto aniversario de la sanción de la norma, pudieron casarse en Argentina un total de 9.362 de parejas integradas por personas del mismo sexo.
La ley vino a modificar el Código Civil, que ahora se lee así: “Es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre consentimiento expresado personalmente por ambos contrayentes ante la autoridad competente para celebrarlo. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.
Fuente y foto: Chajarí al día