El titular del área de Hidráulica de la Dirección provincial, Oscar Duarte, sostuvo ayer que la predicción realizada por autoridades provinciales respecto del impacto que tendrá en la zona el fenómeno El Niño es correcta, y se ajusta a todos los datos que se manejan desde hace tiempo en ese organismo. “Se está trabajando conjuntamente con el Instituto Nacional del Agua y con la Facultad de Ciencias Hídricas de Santa Fe , como soporte técnico a este tipo de decisiones”, indicó Duarte respecto del alerta emitido desde el gobierno provincial.
Según indicó Diario Uno, la descripción del escenario señala que habrá crecidas de los ríos Paraná y Uruguay y sus afluentes por lluvias en la alta cuenca brasileña, paraguaya y argentina; crecidas de los cursos de agua interiores más importantes como los ríos Gualeguay y Gualeguaychú; y los arroyos Feliciano, Nogoyá, Las Conchas, Clé, Las Tunas, Tala y Villaguay, entre otros.
El panorama presentará también crecida de los cursos de agua interiores menores por lluvias locales, mayores excedentes hídricos en lluvias normales por condiciones de humedad antecedente alta en las cuencas, repuntes de agua por sudestadas que provocarían mayores problemas que los habituales en el sur de la provincia al persistir aguas altas; valores hidrométricos altos que se mantendrían por períodos considerables; anegamiento de campos por recurrencia de episodios lluviosos; aislamiento de poblaciones.
“Son decisiones muy importantes porque generan una voz de alerta y se desencadenen acciones de mucho costo y de mucha problemática en la región. Por eso se decidieron acciones de monitoreo y control, como ya las veníamos haciendo, pero con mayor grado de detalles”, indicó aludiendo al plan de trabajo en lo que podría denominarse un comité de precrisis, teniendo en cuenta que el fenómeno por ahora es apenas perceptible y tendrá su pico en diciembre.
El Niño ya se siente
“A este Niño todavía no lo notamos acá, e incluso tenemos temperaturas bajas”, dijo Duarte ayer. “Pero ya se encuentra presente porque esta oscilación que habla de un aumento de temperaturas en el mar ya se está produciendo, y con valores cercanos ya a lo que se vivió en algunos Niños fuertes como fueron los del 98 y del 82-83. Fueron dos Niños fuertes de los que tenemos recuerdos y mediciones climatológicas disponibles”, indicó
El experto explicó que todavía no comenzó a llover en las cuencas altas de los ríos Paraná y Uruguay, más allá de un pico de lluvias de hace algunas semanas, porque -afortunadamente- está lloviendo mucho sobre el mar. “En estos momentos ha llovido mucho en el mar porque se han corrido un poco de acuerdo a los centros de alta y baja presión en toda Sudamérica. Y esto es lo que hizo que no se generaran grandes lluvias todavía. Pero sabemos que en la provincia la época de lluvias aún no ha comenzado y por eso debemos ver cómo avanza esto ,y advertir ante la posibilidad de un evento extremo”, recomendó.
Duarte reconoció que no existe una relación directa entre el fenómeno y las inundaciones. “No solamente hay inundaciones cuando hay Niño, sino que hay otros fenómenos como masas de vapor de agua que entran desde el océano Atlántico y producen precipitaciones que generan inundaciones en la zona”, precisó.
Respecto de lo que está comenzando a ocurrir, remarcó los indicios de fuertes fenómenos meteorológicos en la zona. “Este tipo de fenómenos produce tormentas localmente fuertes. Algo ya pasó en algunos lugares de la provincia con las lluvias de agosto, que llegaron o superaron los 200 milímetros cuando lo normal es que llueva 50 milímetros. Ahora se esperan fenómenos más fuertes, ya sea localmente o zonalmente fuertes. Si son fuertes y toman por ejemplo la cuenca del Plata, las inundaciones serán importantes. El costo de esto es importante, incluso desde lo económico, porque se debe sacar a la gente de las zonas bajas, o sacar el ganado de las islas”, reiteró.
Los más vulnerables
El delta entrerriano, cuya extensión supera los 14.000 kilómetros cuadrados y tiene poblaciones importantes como Ceibas, Villa Paranacito o Ibicuy; es la zona más vulnerable a las inundaciones. De hecho, está sometida a cinco factores que pueden provocarlas: la crecida del Paraná; la crecida del Uruguay; marea lunisolar; la denominada marea eólica, más conocida como sudestada; y la onda oceánica, que se produce muchas veces por el viento que se genera en el interior del mar e ingresa al estuario del Río de La Plata.
En la historia de estas poblaciones -que hoy sufren el impacto de la creciente originada por las lluvias de hace un par de semanas- está el recuerdo de haber permanecido casi un año bajo el agua, como sucedió con Paranacito entre 1982 y 1983. Al respecto Duarte no fue muy optimista: “Se han ido mejorando las condiciones, pero siempre faltan cosas para cubrir estos fenómenos . Basta considerar que el río en la región puede llegar a crecer tres o cuatro metros, lo que hace que ningún tipo de infraestructura normal resista este embate del agua”, explicó.
Frente a esta posibilidad, la inundación actual es apenas una anécdota, más allá de que afecta directamente a la producción de la zona. Se originó por un pico de lluvias del orden de los 250 milímetros en el sur de Brasil, en la cuenca alta del Paraná, que casi coincidió con lluvias del orden de los 200 milímetros en la zona.
UNO