El español Rafael Nadal va hoy por un nuevo récord ante su compatriota David Ferrer. Nunca nadie, en la historia del tenis, ganó ocho títulos de un mismo Grand Slam. El mallorquín buscará hoy, desde las 10 hora argentina, escribir una nueva página en el libro de los grandes de este deporte, en la que será, además, la cuarta final española de la historia del torneo francés.
"La persona que no respete a David como uno de los más grandes jugadores del mundo en los últimos años es una persona que no sabe de tenis", dijo ayer Nadal, en una muestra de reconocimiento al enorme nivel que ha mostrado su rival en el último tiempo.
Ferrer, sin embargo, fue modesto, a sabiendas de que se enfrenta al mejor jugador de polvo de ladrillo de todos los tiempos: "Quiero hacerlo bien, jugar un partido digno de una final de Grand Slam". Es lógico: será su primera final de un Grand Slam, mientras que para Nadal será la 17º.
En los enfrentamientos entre ambos, el mallorquín corre con amplísima ventaja: ganó 19 de 23 partidos y sólo una vez perdió en polvo, en 2004 en Stuttgart, época en la que Nadal -según el propio Ferrer- era un "niño". Sin embargo, el número cinco del mundo -que será tercero si gana mañana- intentará no caer en las garras del miedo escénico y apelar a su experiencia para no sufrir una derrota apabullante, como suele pasarles a los que enfrentan a Nadal en estas instancias en ladrillo.
El ex número uno del mundo, que regresó al circuito en febrero tras una doble lesión de rodilla, viene teniendo una temporada impresionante: seis títulos, dos finales y ahora la posibilidad de conquistar su 12º Grand Slam, que lo situaría a cinco de los 17 del suizo Roger Federer e igual que los 12 del australiano Roy Emerson.
Nadal va también, y como si fuera poco, por el récord de Guillermo Vilas y Federer de 58 partidos ganados en Roland Garros. Ya le sacó a Willy el récord de partidos consecutivos ganados sobre arcilla, y en el 2014 aspira a desbancarlo como el mayor conquistador de torneos en esa superficie.