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Deportes

Independiente y Boca empataron un clásico muy emotivo

Independiente y Boca igualaron 1-1 en Avellaneda, en un partido cargado de emociones. Santiago Silva abrió el marcador a los 39 minutos del primer tiempo y Claudio Morel Rodríguez igualo a los 17 del complemento.

Independiente, que jugó con un hombre más desde los 16 minutos, no pudo quebrar a un Boca de extrema debilidad defensiva y resignó dos puntos, al empatar 1-1 el clásico jugado esta tarde en Avellaneda, por la séptima fecha del torneo Final.

El equipo de Américo Gallego quedó en desventaja a los 38 minutos del primer tiempo por un cabezazo del uruguayo Santiago Silva y logró la igualdad a los 18 del segundo con un tanto del paraguayo Claudio Morel Rodríguez.

A los 11 minutos de juego, con el marcador cerrado, el arquero visitante Agustín Orión, la gran figura de la tarde, le contuvo un penal a Daniel "Rolfi" Montenegro y cinco después Boca quedó con 10 hombres por la expulsión de Christian Cellay.

Con este resultado, Independiente (8 puntos) sumó el cuarto partido sin ganar y permanece en zona de descenso directo; Boca, en tanto, acumuló 7 unidades, lleva seis fechas sin triunfos y quedó a nueve del líder Lanús, recibirá el lunes a Quilmes.

La defensa "xeneize", con un compendio de horrores individuales y colectivos, hizo todo lo posible para que Independiente se pusiera en ventaja en el primer cuarto de hora y si no llegó el gol fue por dos factores: la gran tarde de Agustín Orión y la ineficacia ofensiva del local, un aspecto especialmente trabajado por Gallego.

No se habían cumplido dos minutos cuando un despeje desde la última línea roja dejó de cara al arco rival al colombiano Juan Fernando Caicedo, que tras dominar la pelota con dificultad permitió que Orión neutralizara la acción en dos tiempos.

Después de ese desacople estructural flagrante, llegaron las fallas indivuales. A los 11 minutos, Claudio "Chiqui" Pérez cometió una torpeza al derribar en el área a Luciano Leguizamón, perfectamente asistido a la carrera por Montenegro.

El penal, séptimo cometido por la defensa "xeneize" en doce partidos, se lo contuvo Orión al "Rolfi", que lanzó un disparo rasante al palo derecho, con buena dirección pero escasa potencia.

Cinco minutos más tarde, con otro pelotazo por encima de la última línea, Boca se quedó en inferioridad numérica cuando Cellay impidió con un agarrón la fuga de Leguizamón.

Desde entonces, el asedio ofensivo de Independiente se profundizó y el desenlace de cada jugada se repitió con las imprecisiones de Caicedo en la definición y los aciertos de un Orión impenetrable.

Tras la expulsión, Bianchi no realizó cambios y reorganizó la defensa con el uruguayo Emiliano Albín en el lateral derecho y Juan Sánchez Miño sobre el costado izquierdo, detrás de Guillermo "Pol" Fernández, que también se mudó de costado en la mitad de la cancha.

Con un panorama complicado por la superioridad rival marcada desde la mitad de la cancha, Boca llegó sin embargo al gol, totalmente inesperado de acuerdo al desarrollo del juego.

Una pelota recuperada en la puerta del área derivó en una proyección de Sánchez Miño por la izquierda y un posterior centro que Silva facturó con un certero cabezazo.

Independiente, ya con Lucas Villafañez por Hernán Fredes, mantuvo la supremacía en el segundo período y hacía todo bien hasta la zona de definición, donde una y otra vez fallaba.

Gallego, que sufrió cada una de las ocasiones perdidas, mandó a la cancha a Ernesto "Tecla" Farías para reforzar la ofensiva ante un rival más equilibrado por los ingresos de Clemente Rodríguez y Leandro Somoza.

A los 18, después de tanto ir, llegó el empate. Villafañez colocó una pelota en la zona de la medialuna, Montenegro habilitó de primera a Farías (adelantado), Orión le tapó la definición y Morel Rodríguez capitalizó el rebote con un zurdazo.

Independiente bajó su intensidad de ataque después del gol, producto del enorme esfuezo de sus jugadores, aunque tuvo ocasiones para ganarlo.

La más clara la contó el ingresado Martín Benítez a los 36 minutos pero la desperdició con un remate alto, sin marcas dentro del área.

A esa altura, Boca no pensaba en otra cosa que en el final del partido y se refugió cerca de Orión para atrapar un punto, que sólo le sirvió para complicar la situación de su rival en la lucha por el descenso.

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