El equipo de Bianchi venció por 1 a 0 al conjunto uruguayo por el grupo 1 del torneo.
El gol convertido de tiro penal por Juan Román Riquelme llegó a los 43 minutos de la etapa inicial.
Cabe destacar que el "10" se transformó en el máximo goleador en la historia de Boca en la Libertadores, con 24 goles, uno más que Martín Palermo.
La victoria, además, fue un desahogo no sólo para el plantel sino también para los 3.500 hinchas que vistieron de azul y amarillo el estadio Centenario de Montevideo.
El inicio de la primera etapa mostró a un Boca protagonista y con una sana vocación ofensiva, a partir de la necesidad de ganar para acrecentar sus posibilidades de avanzar a los octavos de final.
De hecho el equipo de Carlos Bianchi, que tuvo a Riquelme como el orquestador del juego, dispuso de dos situaciones claras para abrir el marcador.
Primero lo tuvo Walter Erviti, pero no llegó a rematar desde una buena posición (4m.) y luego Riquelme (18m.), con una ejecución brillante de un tiro libre, que encontró una mejor respuesta de Jorge Bava.
Nacional, a todo esto, mostró un juego conservador, cedió campo y pelota, y no inquietó a Agustín Orión, hasta las 20 minutos, momento en el que Pérez (a esta altura es inexplicable que juegue de titular) le cometió un innecesario penal a Juan Albín, que Iván Alonso 120 segundos después tiró por arriba del travesaño.
Bianchi, con su equipo con 10 jugadores y el 0-0 en el marcador, dispuso un par de cambios de posiciones con los mismos futbolistas.
Ribair Rodríguez pasó de jugar de volante a zaguero central en el lugar que dejó Pérez y Juan Manuel Martínez dejó el ataque y se ubicó como mediocampista por la izquierda.
Con esas variantes el equipo lució firme y equilibrado y esperó su chance para lastimar.
Y a los 43 minutos, Andrés Scotti le cometió un claro e infantil penal a Guillermo Burdisso, que Riquelme cambió por gol con un disparo fuerte y preciso al palo derecho.
Boca, en el segundo tiempo, mantuvo la calma, eso le dio solidez en todas las líneas y conservó la ventaja con el oficio de un equipo "copero".
Es que casi no le llegaron a Orión, más allá de los cambios que realizó Juan Carlos Blanco, salvo por una acción de Vicente Sánchez (42m.), que resolvió de manera brillante el arquero de Boca.
Los minutos finales tuvieron el dramatismo lógico de un cotejo de 11 contra 10, pero Boca sacó a relucir su mística copera y se quedó con un triunfo clave en su afán de avanzar a los octavos de final.
Cabe destacar que el "10" se transformó en el máximo goleador en la historia de Boca en la Libertadores, con 24 goles, uno más que Martín Palermo.
Boca, con el triunfo (el segundo de visitante), trepó al segundo puesto con 6 puntos (perdió los dos partidos que jugó de local), uno menos que el líder, Nacional (7), uno más que Toluca, de México (5), y tres por encima de Barcelona, de Ecuador (3).
El inicio de la primera etapa mostró a un Boca protagonista y con una sana vocación ofensiva, a partir de la necesidad de ganar para acrecentar sus posibilidades de avanzar a los octavos de final.
De hecho el equipo de Carlos Bianchi, que tuvo a Riquelme como el orquestador del juego, dispuso de dos situaciones claras para abrir el marcador.
Primero lo tuvo Walter Erviti, pero no llegó a rematar desde una buena posición (4m.) y luego Riquelme (18m.), con una ejecución brillante de un tiro libre, que encontró una mejor respuesta de Jorge Bava.
Nacional, a todo esto, mostró un juego conservador, cedió campo y pelota, y no inquietó a Agustín Orión, hasta las 20 minutos, momento en el que Pérez (a esta altura es inexplicable que juegue de titular) le cometió un innecesario penal a Juan Albín, que Iván Alonso 120 segundos después tiró por arriba del travesaño.
Bianchi, con su equipo con 10 jugadores y el 0-0 en el marcador, dispuso un par de cambios de posiciones con los mismos futbolistas.
Ribair Rodríguez pasó de jugar de volante a zaguero central en el lugar que dejó Pérez y Juan Manuel Martínez dejó el ataque y se ubicó como mediocampista por la izquierda.
Con esas variantes el equipo lució firme y equilibrado y esperó su chance para lastimar.
Y a los 43 minutos, Andrés Scotti le cometió un claro e infantil penal a Guillermo Burdisso, que Riquelme cambió por gol con un disparo fuerte y preciso al palo derecho.
Boca, en el segundo tiempo, mantuvo la calma, eso le dio solidez en todas las líneas y conservó la ventaja con el oficio de un equipo "copero".
Es que casi no le llegaron a Orión, más allá de los cambios que realizó Juan Carlos Blanco, salvo por una acción de Vicente Sánchez (42m.), que resolvió de manera brillante el arquero de Boca.
Los minutos finales tuvieron el dramatismo lógico de un cotejo de 11 contra 10, pero Boca sacó a relucir su mística copera y se quedó con un triunfo clave en su afán de avanzar a los octavos de final.
