El pasado 17 de noviembre se rememoró el regreso del General Perón, donde miles y miles de compañeros no bajaron los brazos ni entregaron sus sueños a pesar de las prohibiciones, persecuciones y muertes por la liberación de nuestra patria.
Quiero reconocer y dar mi respeto a los auténticos militantes peronistas que de una manera desinteresada se entregan a favor de esta noble causa. Los militantes peronistas se vieron forzados en crecer en la adversidad, y en el exclusivismo de alcanzar el bienestar del pueblo. En mi condición de peronista siento una profunda pertenencia ideológica, con mis 38 años y haciendo distinción a la militancia desde muy joven con el afán de entender la política como herramienta de transformación social.
Actualmente el partido justicialista refleja una crisis institucional, que tiende a agrietarse con más profundidad por la falta de dirigentes capaces de conducir este proceso. La crisis que algunos no visualizan, ha llevado a buscar y designar funcionarios extrapartidarios, aclaro, no tengo nada personal con nadie. Pero si tengo algo en particular que señalar, que en estos años de gobierno se ha visto a funcionarios que no han hecho honor a sus cargos. Y le han hecho tanto daño al estado, deshonrando al peronismo con su pésima administración. Lo protervo de nuestros máximos dirigentes es haber bancado a estos malos funcionarios, cuando lo correcto sería destituirlo como mínimo de sus cargos.
Es esta la discusión que nos tenemos que dar en el seno del partido, con autocriticas constructivas, correctivas de nuestro accionar; y re direccionar la marcha en este camino de construcción política. Hoy tenemos que mirar cómo hacemos un partido moderno que le sirva a la sociedad, que perciba que cumplimos un rol importante. El pueblo tiene que percibir que la gestión de cada dirigente de la política es útil para ella. En eso tenemos que trabajar y ponerle en valor en función de objetivos claros, de saber leer hacia dónde queremos ir e e interpretar la necesidad urgente de un pueblo con ansias de justicia social. Los que venimos abriendo paso en esta coyuntura política nos va a quedar un gran desafío que nos dejó como último deseo el Gral. Perón, la de institucionalizar el movimiento peronista. Un partido democrático con sentido político amplio, donde la idea de cada uno y cada una puede transformar el mundo que nos rodea, hacerlo más justo y más digno. De esta manera el ejercicio del poder no queda reducido en unos pocos como viene sucediendo, ejercen la política y toman decisiones arbitrarias por sobre el conjunto de los afiliados al justicialismo que son la base fundamental, quedando comprimido a su mínima expresión la voluntad del conjunto.
A estas prácticas de la vieja política es la que cuestiono y me sublevo. Se olvidan de quienes transpiramos la camiseta para sostener esta fuerza política que nos costó recuperar el municipio después de 16 años donde el peronismo en Feliciano estuvo proscripto y donde pocos éramos lo que poníamos la cara para patear la calles y salir a hacer campaña. Pero cuando uno se atreve a plantear los problemas internos, te tildan de soberbios, de revoltosos y de atrevidos. No estamos dispuesto a ser obsecuente ni aceptar que nos impongan el silencio como condición. La obsecuencia ciega es un mal hábito que tenemos que desterrar, porque no nos permite democratizar ni crecer como fuerza política. Como militante desafío a proponer un cambio generacional con nuevos dirigentes dispuesto a conducir un proceso de recambio.
El PJ tiene cuadros políticos con concepciones muy claras y con vocación de trabajo. Pero hay que salir a hablar con muchos compañeros valiosos que se han quedado en sus casas. A los militantes con trayectoria reconocida se los dejo a un lado. Lo más feo de esta situación es que a quienes les quitan el cuerpo y les cierran las puertas, son ni mas ni menos los pilares que han venido sosteniendo la estructura del movimiento justicialista- La dirigencia de hoy debe refrescar la memoria con la historia de los orígenes de este movimiento justicialista y no creerse los dueños del histórico PJ. Si no reaccionan a tiempo pondrán en crisis las cosas que se hicieron bien. Parece que a la dirigencia política le ha faltó hacer un análisis de las elecciones pasadas, donde se perdió electoralmente en varios departamentos de la provincia de entre ríos, donde el peronismo era gobierno. Es necesario hacer un análisis profundo sin perder de vista la reconstrucción de un peronismo actualizado para empezar a recuperar la confianza perdida y devolverle al pueblo argentino la esperanza de un futuro mejor.
Hay una sociedad que nos necesita, que no quiere entregar sus conquistas sociales. Y ante esta necesidad política debemos estar de pie. Quiero pronunciarme no contenido ni representado bajo la conducción política del compañero Bordet a nivel provincial y a nivel local por la compañera Nenè Moreno. Y en estos términos me desvinculo totalmente de ellos. He decidido buscar mi propio espacio dentro del justicialismo y alinearme con compañeros que les interese la política y defiendan al partido en toda su estructura institucional. Hay un compromiso que asumir y solo los que están dispuestos a dar ese cambio podemos configurar un sueño de un proyecto político que nos contenga a todos con una finalidad en común.
Ricardo Molina